jueves, 26 de febrero de 2009

esos genios maravillosos

Tras la larga travesía de Tu Rostro Mañana de Javier Marías, por fin he llegado a la meta, la satisfacción de la feina ben feta, que diría aquel. Me ha gustado y me ha costado, aunque no a partes iguales, como he dicho. Varias veces tuve que evitar la tentación y el impulso de elegir otros dos libros que esperaban pacientemente, los pobres, desde hace meses, y que yo tenía muchas ganas de leer. Pero no, yo a lo mío: a acabar lo empezado y lo primero es lo primero. Tantas veces insisto en hacer cosas que quizás no debería sólo por el miedo a perderme algo bueno. Seguro que es un defecto, me temo.


Todo esto me lleva a dos consideraciones:

Una: quién narices me creo que soy para juzgar a tan gran escritor!

Dos: no sé adónde narices me lleva ser tan autoexigente!


Al menos ahora ya no me siento autoculpable (?) y por fin he podido zambullirme en lo que estaba deseando desde hace tanto (sí, sí, esos placeres aplazados!!!): el librillo de poemas de Tim Burton, ése del niño ostra, y Pura Anarquía de Woody Allen. The Melancholy Death of Oyster Boy and Other Stories es pura delicatessen (hablando de ostras...) igual que sus películas. Del otro no espero menos.


Hay seres que deberían ser immortales, dejémosles la eternidad a los genios, aunque en parte ya están casi en ella. Está claro que no se puede vivir sin ellos pues no hay nadie como ellos para llenar agujeros, la masilla aquella que Nick Hornby mencionaba en una de sus novelas. No, si al final todos nos parecemos...


Sin embargo, no sé porqué a tanta gente no le ha gustado la última de Woody Allen, seguramente no deberían haber ido para empezar (en cambio yo llevo meses con esa gasolina, aprofitant fins el moll de l'os). Está en la línea de sus comedias, siempre ácidas, inteligentes, bromeando con todo: con el sexo (para partirse la entrada de Bardem, o no?), las parejas, el matrimonio, el arte, eso tan serio que son los doctorados, el temperamento artístico... No sé como hay gente que no se troncha! Si es todo una gran broma que da en el clavo en muchas cosas! Barcelona está allí, como podría haber estado Marsella o Roma, y claro que Barcelona no es así, y a quién le importa? Allen sólo ha usado su licencia poética y ha elegido esta bella ciudad para su cuento, nada más y nada menos.