miércoles, 31 de octubre de 2007

Cosas que hacen BUM

No tenía la intención de que éste fuera un blog literario ni nada por el estilo, y sin embargo, me sorprendo a mi misma, jamás lo hubiera dicho. Qué cosas...

Otro libro que me ha gustado recientemente es Cosas que hacen BUM, Kiko Amat, ed. Anagrama (Contraseñas), 2007.

Y otro de historias urbanas. Empiezo a repetirme, pero por lo visto es lo que me apetece leer ahora. (mmm, ¿por qué será?)

Reconozco que empecé a leer Cosas que hacen BUM atraída más por lo poco, o casi nada, que sabía de su autor que por la novela en sí. Kiko Amat, cercano al mundo de la escena musical barcelonesa, fue mod conocido y actualmente me parece haber leído que pincha en algún sitio? Total, que estaba predispuesta a que me gustase, pero a la vez, tenía el listón muy alto por lo último que leí.

Pues bien, puedo decir que me ha entusiasmado. Para empezar transcurre en Gràcia, mi barrio preferido de Barcelona, y bueno, salen lugares superconocidos como el bar de la calle Verdi, la Plaça de la Revolució, etc, que parece una tontería, pero hace ilusión. También habla de Sant Boi, pero a mi no me llama tanto, claro, nunca he estado allí...

Aparte de a graciencs y gente de Sant Boi, creo que es una novela que puede gustar a jóvenes de su/mi generación, a adolescentes, a anarquistas o a sus hijos, y a amantes de la música en general, y del soul en particular, ya que aunque la música no llega a ser hilo conductor, nos acompaña a lo largo de toda la historia. Y es que me encantan los libros acompañados de banda sonora.




It's an uphill climb to the bottom - Walter Jackson. Una de las canciones protagonistas de la novela.

Junto a la música, las drogas comparten protagonismo en la novela. En algunos pasajes me recuerda a Quadrophenia (la peli), en especial la escena de la peli del botín de anfetaminas, en el que aparecen montañas de esta droga, si no recuerdo mal. También el sabor, amargo más que agridulce, de la novela me la recuerda; la edad del protagonista, en fin, hay varias cosas, aunque por supuesto es una opinión, una impresión personal, no sé si bien fundada. También hará sonreir a filólogos que calentaron sillas y fumaron en el claustro de letras de la universitat central (pena que, seguro, ya no se puede fumar).

Por si todo esto fuera poco, me encanta como está escrita, con lenguaje milimetrado, buscando el giro sorprendente e inesperado en asociaciones de palabras imposibles. Y así, por trágico que pueda parecer lo que le ocurre al pobre Pànic, el protagonista, leer la novela es un sonreir constante por este parque de atracciones de las pababras. Por poner algunos ejemplos:

'tres echos de la mayor importancia, que se solaparon como el despliegue desorganizado de una baraja de cartas.'

'Lola era una mujer de treinta y cinco años, guapa a la manera sioux, como Joan Baez. Larga cabellera de negra regaliz,'

'Puso la mano en el hombro de Rebeca. Una mano-cepo que significaba: No tocar. Peligro de Muerte.'

Ahora sólo me queda leerme la primera novela que escribió Kiko Amat, Cuando me vaya no se lo diré a nadie, que, aunque estaba por casa mucho antes que la otra, no me atrajo tanto en su momento. Pero ahora sí, iré a por ella.

Au! demaneu aquests llibres per reis!






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